Hay partido de vuelta. Nos vale el 3-0, una buena tarde de nuestros niños, una de esas actuaciones a las que nos tienen acostumbrados y que tanta ilusión han conseguido despertar en nosotros. Nos basta con eso. Sólo otra más y estamos en semis. Incluso nos vale perder. Estamos tan orgullosos de estos niños que sólo con el hecho de habernos dibujado una sonrisa con sus jugadas y sus goles, nos damos por satisfechos este año. Si caemos eliminados, algo aprenderemos de la experiencia, por ejemplo, a levantarnos cuando se rompan nuestras ilusiones. Porque en el futuro la vida nos golpeará sin piedad y de nada servirá pedir clemencia, entonces no tendremos otra opción que levantarnos y seguir hacia adelante. Caer eliminados supondría comenzar a prepararnos para lo que nos espera ahí fuera. Probablemente la primera decepción, el primer golpe. Pero nos levantaremos. Será positivo.
En Alcaudete nos faltó intensidad, ese punto de concentración para no dormirnos en los laureles. Nuestro equipo está jugando ahora entre los ocho mejores de la provincia, y a estas alturas de la película el más mínimo error se paga muy caro. Si te duermes, estás en la calle. De manera que un partido igualado fue desequilibrado por jugadas puntuales. Anotemos en el cuaderno, por tanto, la palabra concentración, porque solo alcanzaremos nuestras metas si nos dedicamos a ello en cuerpo y alma. Así que no descarto que este tropiezo nos sirva para despertar nuestro carácter. Es muy posible que a este equipo angelical le haya faltado esta temporada un punto de rebeldía. Ya tiene un motivo: rebeldes para remontar. Y rebeldes a tiempo.
Porque insisto en el optimismo: hay partido de vuelta.
No pretendo reclutar devotos, sólo exponer razones. Yo he visto a nuestro equipo morder al Vandelvira, acosar al Mancha Real, vencer al Linares y golear al Atlético Jaén. Ahora llega el turno del Alcaudete, otro equipo bien trabajado al que podemos sorprender en una buena tarde. Nuestros niños han ganado, han competido y han goleado. Lo hicieron en otras ocasiones, pueden volver a hacerlo. Aprenderemos de nuestros errores y jugaremos el partido de vuelta con la convicción de que pasaremos a semifinales. Confío en nuestros niños, sé que lo harán. Vamos a remontar.
Si puedes soñarlo, puedes lograrlo.
