La adversidad es el momento de observación de las cosas, el tiempo para el análisis y la reflexión.
Los últimos resultados han certificado lo que probablemente anunciaba nuestro estado de forma, una eliminación inevitable de la competición de la cual somos los actuales campeones.
Ayer el fútbol, la vida, nos dio una nueva lección: sin esfuerzo no hay recompensa. No hay éxito sin sacrificio. Solo triunfa aquel que persevera.
Recojo el aviso y tomo nota. Prohibido rendirse.
Nos vemos el martes. Volveremos.